Filipinas: susto o muerte
Los analistas internacionales están perplejos por el giro estratégico anunciado esta semana por el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, en su visita a Pekín.
Madrid
Los analistas internacionales están perplejos por el giro estratégico anunciado esta semana por el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, en su visita a Pekín: el distanciamiento económico pero también militar de su tradicional aliado, Estados Unidos, y un mayor acercamiento hacia su eterno enemigo, China.
Duterte responde así a las críticas formuladas por la administración Obama respecto a su sangrienta represión del narcotráfico en la que ha dado carta blanca a los servicios policiales para eliminar a todos aquellos delincuentes vinculados con el tráfico de drogas. Desde su llegada al poder hace tres meses se han registrado 3.400 muertos en ejecuciones extrajudiciales.
Aunque de vuelta a Manila, el presidente filipino matizó su distanciamiento de Estados Unidos; está claro para los analistas que busca un nuevo equilibrio en la región. Su acercamiento a China pretende obtener una nueva fuente de financiación y resolver de manera bilateral la pugna por las islas e islotes en el Mar de China que Pekín no sólo reivindica sino que está ocupando.
Los analistas, en cualquier caso, se muestran escépticos y auguran que Duterte seguirá los pasos de Aquino quien fracasó en su acercamiento a China.