Ajustes, recortes y acomodos

Madrid

El ministro de Economía, Luis de Guindos, reconoció ayer en Bruselas lo mismo que llevan varias semanas diciendo otros economistas: el próximo gobierno español tendrá que ajustar el presupuesto para 2017 en unos 5.500 millones de euros, si quiere respetar el déficit del 3,1% fijado como máximo por la Unión Europea.

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Cuando se oye la palabra “ajuste” uno piensa inmediatamente en recortes sociales, tal vez porque la frase más conocida es ajuste de plantilla y eso quiere decir invariablemente despidos y reducción del número de trabajadores de una empresa. Pero “ajuste” no significa necesariamente recorte, sino acomodación de una cosa a otra. Es decir, el presupuesto se tiene que acomodar a ese déficit del 3,1% pero ese ajuste no tiene por qué implicar necesariamente recortes sociales sino que, en teoría, al acomodo se podría llegar también mediante el incremento de los ingresos del Estado. O mediante una combinación de lados dos cosas, 25-75 por ciento, o mitad y mitad, por ejemplo.

En fin, que las palabras significan lo que significan y que eso le va a suponer un cierto problema en los cálculos del Partido Socialista porque seguramente no tiene mucho sentido permitir un gobierno del Partido Popular y luego tumbarle los presupuestos, inmediatamente, por recortar y no ajustar. Es decir, que el PSOE se vería en la necesidad de negociar esos presupuestos y de lograr “ajustes” que no sean “recortes”, algo que parece bastante lejos de su capacidad, dada la proverbial habilidad de Mariano Rajoy para colocarles ante hechos consumados. 

Realmente, la Comisión Gestora se ha impuesto un trabajo endiablado.