El Nobel legitima todos los esfuerzos

Premio Nobel de la Paz para el presidente colombiano, Juan Manuel Santos. Sorpresa por el galardón tras el revés que supuso el no en el plebiscito del domingo pasado, que debía refrendar los acuerdos de paz a los que había llegado con la guerrilla de las FARC.

No hay otro camino para la paz en Colombia que el iniciado por el presidente Santos y por todos esos ciudadanos que le han apoyado

Es verdad que los premios Nobel de la Paz no siempre han recaído en personajes con probada trayectoria en la lucha por la paz, el propio premio, vamos a llamar "preventivo", a Barack Obama fue una prueba de ello.

Es verdad que es un premio que siempre, o casi siempre, recae en políticos, menos veces en la lucha anónima por la paz. Este mismo año aparecían como candidatos los ciudadanos griegos, los vecinos de esas islas a las que llegan los refugiados y a los que ellos abren los brazos, lo que no hacen los dirigentes europeos.

Pero, otra vez, este año, el elegido es un político, el presidente colombiano, y habrá quien piense que no tiene sentido dar el premio a alguien que no ha conseguido el apoyo de su pueblo para la paz. Pero no hay ninguna duda de que lo ha intentado, que ha estado cuatro años trabajando para ello.

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Un premio como el Nobel legitima todos los esfuerzos que Santos y otra mucha gente ha hecho para la paz en Colombia, y deja en ridículo a todos aquellos que han luchado para impedir ese proceso de paz.

Si había alguna duda sobre el proceso tras el resultado del plebiscito del domingo, queda despejada tras la concesión del Nobel. No hay otro camino para la paz en Colombia que el iniciado por el presidente Santos y por todos esos ciudadanos que le han apoyado, sobre todo, las víctimas.

Esas víctimas que permanecieron secuestradas durante años, que perdieron a sus familiares y que aún así, el domingo apostaron por la paz. El premio es tan suyo como de Juan Manuel Santos.