Rita Barberá: primero de democracia
La exalcaldesa y senadora no ha entendido todavía, después de 40 años en la política, en qué consiste el desempeño de un cargo público
La opinión de Pepa Bueno: 'Rita Barberá: primero de democracia'
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Madrid
“Es hora de acabar con el ruido, y como decía Ortega, ponerse a las cosas que importan: la economía, el empleo, la seguridad y el futuro”. Palabras de Rajoy, anoche, presentando el libro del sacrificado De Guindos.
Pepa Bueno
Pepa Bueno
Hay un profundo desencuentro entre la realidad y el presidente en funciones. Porque si alguien tiene la llave que puede encerrar de nuevo el ruido y los vientos huracanados en la Caja de Pandora es él. El ruido lo provocan Rita Barberá, Jaume Matas, José Manuel Soria, Luis Bárcenas, un partido que destruye el ordenador de su tesorero, una contabilidad escrita a mano en la que se anotan grandes cantidades de dinero a nombres que se escriben sólo por sus iniciales, las obras de una sede de las que un juez sospecha que se pagaron en dinero negro. Efectivamente el recuento provoca un ruido atronador.
Y ahora Rita Barberá le da a Rajoy de su propia medicina aplicándose así misma el mantra del Jefe: el que resiste gana. Su comunicado anunciando en papel con membrete del PP que deja el PP resume perfectamente la incapacidad manifiesta de los dirigentes históricos del Partido Popular para comprender el estropicio que le han hecho a la democracia española con su manera altanera de ejercer el poder. No sabemos si finalmente el Supremo imputará a Barberá y mucho menos se puede adelantar si será condenada.
Lo que sí sabemos es que la exalcaldesa y senadora no ha entendido todavía, después de 40 años en la política, en qué consiste el desempeño de un cargo público. Asegura en un comunicado delirante que no renuncia al escaño porque sería asumir que es culpable pero que se da de baja en el PP porque se lo han pedido y que con ello demuestra su entrega al partido.
A la mayoría de los españoles nos da igual su entrega al PP, no cuestionamos su ideología ni sus devociones. Pero su escaño sí nos pertenece a todos, se paga con dinero público, la designaron las Cortes valencianas, representa a miles de votantes que confiaron en unas siglas que hoy se arrastran por una treintena de sumarios judiciales y se ocupa, el escaño en el Senado, para aprobar leyes que afectan a la vida de todos los ciudadanos, no sólo a los que votaron al PP.
Esa es la única entrega relevante cuando a uno lo investigan por corrupción. Liberar de cualquier sospecha a las instituciones democráticas de su querida España.
