A Ana Pastor

Madrid

Señora Presidenta del Congreso de los Diputados, ninguno de sus predecesores llegó en paracaídas, todos fueron candidatos presentados por algún grupo parlamentario. Pero, una vez elegidos, hubieron de buscar su independencia y descubrieron que el primer obstáculo vendría de su partido originario. Señoría, de ninguna manera puede vender la primogenitura de su Presidencia de la Cámara por el plato de lentejas de la estricta obediencia al Gobierno pepero. ¿De dónde viene que convocar el Pleno necesite contar con la disponibilidad del Gobierno? Cumpla los acuerdos de la Mesa.