Lo de Soria, un mero asuntillo administrativo

Madrid

Siguen los dirigentes del PP, empezando por Mariano Rajoy, sin entender qué está sucediendo ante sus mismísimos ojos. O, aún peor, les importa un bledo. Regeneración, nos piden, ¿y eso qué es?, deben mondarse de la risa en sus corrillos y saraos.

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¿Porque de verdad van a intentar hacernos creer que actos de prepotencia y chulería –de qué otra manera se pueden calificar- como el nombramiento del ex ministro José Manuel Soria para el Banco Mundial, es un asuntillo puramente administrativo, una mera cuestión burocrática en la que tanto Rajoy como Guindos, nada han tenido que ver, pío, pío que yo no he sido? ¿Pretende el presidente en funciones que nos comamos tan empalagoso pasteleo sin decir ni mu?, pero si hasta actuaron con premeditación y nocturnidad, aguardando al último minuto para que tal barrabasada se mantuviera bajo siete losas mientras el inquilino de La Moncloa hacía encendidas promesas de cambio en la tribuna del Congreso. Y lo ocultaron –con alevosía- porque sabían que estaban llevando a cabo un desatino descomunal.

Cualquiera con dos dedos de frente –y los ciudadanos tienen muchos más- sabe que si Rajoy tuviera conciencia de lo que significa la palabra regeneración, jamás se hubiera producido ese nombramiento.

¿Apoyarle? ¿Cómo ir con alguien a comprar el pan, si sabes que no te dejará ni las migas, y además se quedará con las vueltas?