El mismo Rajoy de siempre

Madrid

Un tipo curioso Mariano Rajoy. Resulta que necesita como el comer la colaboración de Pedro Sánchez para lograr la investidura, y se ha tirado todo el verano lanzando venablos al secretario general socialista, y ayer, por ejemplo, que tuvo la oportunidad de hacerle alguna propuesta sustancial para ganarse su colaboración, se limitó a insistirle en que era precisamente Pedro Sánchez quien tenía que cambiar.

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Porque las divinidades y el Ibex han decidido que sea él, Mariano Rajoy Brey, el presidente del Gobierno, con la inestimable ayuda del pimpollo Rivera, para quien corrupción no es corrupción, un ejemplo, al tiempo que está encantado de que se mantengan los sueldos de miseria a base de sal y mosto para encubrir a tanto explotador, llamado pomposamente complemento salarial.

No ha movido un dedo Rajoy para ganarse la investidura. Es más, todo lo que ha pasado después del 26-J, ha sido una vergüenza, incluido el nombramiento de su fiel escudera Ana Pastor como presidenta del Congreso.

Hemos contemplado, una descarada demostración, de que no está dispuesto a cambiar de manera de gobernar, incluido el deterioro programado de las arcas públicas, qué me dicen de las pensiones, y el mantenimiento de todos los corruptos de tipología variada que pueblan su entorno. ¿Acaso es normal que siga en su puesto la responsable de que exista una policía política? O sea, que no es no.