Viva Nadal
Nadal se echó la culpa a sí mismo de su derrota, no repartió culpas, y eso es rabiosamente deportivo y extraordinariamente humano
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Juan Cruz / El revés y el derecho / 15 de agosto de 2016
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Madrid
Me encantó ver perder a Nadal porque fue como si ganara. Es un ser humano lleno de tics y de sentimientos, capaz de expresarlos en el terreno de juego y de explicarlos luego sencillamente, cuando pierde o cuando gana. Mientras ganaba se tomaba tan en serio su función que parecía que iba perdiendo, y siguió así cuando dejó de ganar. La explicación que él mismo dio de su derrota es lo contrario de lo que suele ser la justificación de los competidores, en cualquier deporte. Se echó la culpa a sí mismo, no repartió culpas, y eso no es sólo notable sino rabiosamente deportivo y extraordinariamente humano. Viva Nadal.