Felices polvos de verano
Algo tendrán los amores de verano para que caigamos en ellos año tras año.
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Madrid
Da igual cuánto calor haga. Busquemos las mejores vistas para que me apoye en el quicio de la ventana, sacar la cabeza a la oscuridad y simplemente coger aire… Quiero que entre una bocanada de aire fresco y suba mi falda para que me agarres de las caderas por detrás. Bésame la nuca y baja por la espalda hasta que pierda su propio nombre. Hagámoslo con alevosía y nocturnidad.
Nos buscamos a pesar de todo y sobre todo. Que esto no fuera solo fruto de la casualidad. Dicen que después del verano más de la mitad no se soportan y se dejan… A todos esos dejémoslos marchar. Como dejaremos marchar a los que pasen como una exhalación por nuestras camas, son días de amores fugaces, de amores en los que no faltan las ganas, de idilios que solo son de temporada.
¿Quién no recuerda un buen polvo de verano?
De eso se trata. De recordar. Quiero los detalles. Quiero echarte de menos sabiendo que no necesito verte nunca más.
Disfrutemos de las lunas del verano que hacen que sean bellas todas las que vengan cuando no haga este calor. Ya llegará el invierno, con sus lunas frías, esas que miraremos recordando los mensajes que escribimos, las coordenadas que proporcionamos y lo pronto que nos encontraron. Mira que es difícil escapar de los amores de verano..
Me he desnudado primero en tu cabeza para poder desnudarme después entre tus brazos.
Es verano. ¡Vaya si lo es! ¿Quieres acompañarme lo que queda de él?
