Dignificar las fosas comunes

Madrid

Hay decisiones que seguramente no se toman con la intención de provocar el dolor de nadie, pero que son muy desafortunadas. Por ejemplo, la autorización que dio el ayuntamiento de Málaga para instalar una zona de paseo canino en parte de lo que fue el antiguo cementerio de San Miguel, en la zona que albergó lo que fue una de las mayores fosas comunes de la guerra civil española.

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En esa fosa común se han exhumado, precisamente con ayuda del ayuntamiento y de entidades dedicadas a la memoria histórica, más de 2.880 cadáveres de las 4.410 personas que fueron fusiladas en Málaga por franquistas y falangistas durante la guerra y la posterior represión. Uno de los grandes protagonistas de aquel salvaje episodio fue Carlos Arias Navarro, apodado el Carnicero de Málaga, que después llegó a ser presidente del gobierno con Franco e incluso ejerció como tal en los primeros momentos de la monarquía, hasta que Juan Carlos I consiguió deshacerse de él. La fosa común de San Rafael fue exhumada a partir de 2006 y los restos encontrados fueron trasladados a un panteón común señalado por un monumento.

En la actualidad no quedan ya restos humanos en esa zona, pero aun así tienen razón quienes estiman que el lugar donde estuvo ese gran osario debería quedar dignificado en su totalidad, a fin de que los nuevos malagueños conozcan lo ocurrido en aquellos terribles años. El ayuntamiento, que lleva años colaborando con las asociaciones de la memoria histórica, asegura que el paseo canino no invade totalmente esa área, pero aun así lo más sensato sería que rectificara y procediera inmediatamente a marcar toda la fosa.