Que pague por incompetencia o por desmesurada ambición

Madrid

El caos provocado por la mala planificación de Vueling tiene muy claramente identificados a los perjudicados, los pasajeros. Miles de personas que han pagado su vuelo, muchas veces caro, a pesar de que se autodenomine línea de bao coste, y que reciben un pésimo servicio. Que si vendieron más de lo que podían, que si establecieron más rutas de las podían cubrir, que si no tenían suficiente personal, que si los controladores aéreos de Francia, una lista de explicaciones que tienen un denominador común, el responsable, que es la compañía aérea, que es Vueling.

Los otros son los damnificados, los que no pueden empezar vacaciones el día que quieren, los que tardan horas en regresar a sus casas, los que se pierden reuniones de trabajo, exámenes o graduaciones. Todos ellos y muchos más son los que se agolpan en los mostradores de Vueling más que buscando una explicación una solución, porque para cada uno, y así debe ser, su viaje es único, y la mala gestión de una compañía se lo puede arruinar.

Es posible que Vueling quisiera aprovechar el verano para hacer más caja, vendiendo a destajo, pero se olvidó de que para que su plan funcionara necesitaba más personal, pero claro es posible que entonces los beneficios no fueran tantos y escatimó, por ahí. Y ahora con el caos montado pide disculpas, como si eso fuera suficiente. Tiene que solucionar todos y cada uno de los problemas que ha generado y además pagar de alguna manera o por su incompetencia o por su desmesurada ambición.