Vendrán por ti, por mí, por todos…
La batalla política incluye muchas maniobras sucias contra el adversario y contra todo lo que vuela, pero cuando se hace con el aparato del Estado y te descubren debe tener consecuencias inmediatamente
La opinión de Pepa Bueno: 'Vendrán por ti, por mí, por todos…'
02:57
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000004192316/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
Rajoy cambia de estrategia y empieza por los partidos pequeños la búsqueda de acuerdos de gobierno. Anunció que llamaría a Sánchez y Rivera, y ha llamado a Coalición Canaria. Empiece por donde quiera el responsable de formar gobierno, pero la prisa y la necesidad de acabar con la interinidad en España no puede ocultar la situación en la que tiene a su Ministerio del Interior.
Ni el resultado electoral en Barcelona, que mejoró para el PP con él, con Fernández Díaz como candidato, ni la formación de un nuevo ejecutivo donde probablemente haya nuevas caras, eclipsan la realidad.
Ayer la SER les contó que también la Fiscalía de la Audiencia Nacional ha rechazado y descalificado el Informe Pisa contra Podemos, un informe sin membrete salido de las cloacas policiales lleno de recortes inconexos de prensa. Ese informe lleva seis meses dando vueltas por los tribunales y lo ha rechazado cuatro veces el Supremo y ahora también la Audiencia. Sólo una instancia se ha prestado a investigarlo, un tribunal político, el Tribunal de Cuentas. Y como dijimos en su día cuando lo admitió, es el mismo tribunal que no se ha enterado históricamente de ninguno de los grandes casos de corrupción que afectaron en el pasado al PSOE y en el presente al PP. Fue la UDEF, la policial de la delincuencia económica, la que llevó el PISA al tribunal de cuentas.
Un informe que no merece crédito alguno, según han dicho repetidamente los jueces y que algunos en la policía insisten en airear, unas conversaciones con el jefe Antifraude de Cataluña conspirando contra otros políticos y que escandalizan a cualquier demócrata. Y la propia grabación al ministro de la conversación, que demuestra el desmadre de su departamento y la negligencia de su titular. Ningún partido debería excluir de las negociaciones con el PP una investigación a fondo de cómo funciona el Ministerio que tiene reservado el uso de la violencia en un Estado de Derecho.
Los mayores de edad sabemos que la batalla política incluye muchas maniobras sucias contra el adversario y contra todo lo que vuela, pero cuando se hace con el aparato del Estado y te descubren debe tener consecuencias inmediatamente. O bien nos hacemos todos unos cínicos, inhabilitadas para cualquier pedagogía sobre la limpieza y la responsabilidad en la vida pública.
Es este el típico asunto que parece que no tiene que ver con la vida de los ciudadanos normales y corrientes. Pero toca la médula de un sistema democrático, y si miramos para otro lado acabará haciendo bueno el poema de Blas de Otero: “Vendrán por ti, por mí, por todos...”
Y entonces será tarde.