Los calores del verano disparan mi calentura
Dicen que los que nacen en verano soportan mejor las altas temperaturas. Agradezcamos que la Tana nació en el mes de julio y que no serán los calores del verano los que provoquen su calentura.
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Getty Images
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Madrid
Los veranos marcan nuestra vida. Somos conscientes de que nos hacemos mayores recordando aquellos benditos veranos, cuando no quedaba otra que crecer. Quién no conoció el sabor del agua de mar sobre cualquier carne susceptible de estar en una hoguera, incluyendo la de unos muslos tostados, en este caso, por el sol. Quién no se perdió una noche de las fiestas del pueblo y se dejó comer la boca sentados en un poyete con la charanga de fondo. Quién no tocó pelo metiendo mano bajo una falda de vuelo; quién no fue feliz una noche de verano.
Lo que pudiera acontecer después de aquellos veranos nos lo fuimos ganando poquito a poco a lo largo de todo el invierno. Dejándonos acompañar única y exclusivamente por aquellos que se habían ganado sudar a nuestro lado. Y beberse hasta el sudor, porque eso sería lo que beberían si tenían sed.
No se excusen ahora con que con el calor no hay ganas de follar… Claro que hay. Ven aquí. Ven a que te acaricie la espalda con el hielo de mi copa. Ven a que te bese también por detrás. Ven a abrirme las piernas para meter la cabeza entre ellas y cómeme por favor hasta el final. Correrme en tu boca no lo evitan ni estos 34 grados a la sombra. Los calores del verano disparan mi calentura y tuviste la suerte de venir a quemarte conmigo.
Con que te des por aludido y sepas que ya es julio me basta.
Esto solo acaba de empezar.