Las papeletas no borran grabaciones
Nixon también creyó que haber sido reelegido justificaba su actuación en el escándalo Watergate y no tuvo razón. No echen las campanas al vuelo el señor Fernández Díaz ni sus colegas
La mirada de Soledad Gallego-Díaz: 'Las papeletas no borran grabaciones'
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Madrid
Quienes creen que el escándalo protagonizado por el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, quedará olvidado gracias al resultado electoral se equivocan. Richard Nixon también creyó que haber sido reelegido con un 60% de los votos en 1972 justificaba su actuación en el escándalo Watergate y no tuvo razón. Los abusos cometidos por su gobierno le obligaron a dimitir menos de dos años después. Alguien pensará que el Watergate fue un asunto muy diferente, pero no es así. Prácticamente se trata del mismo problema: la utilización del aparato del Estado contra los legítimos adversarios políticos. Un problema de extremada gravedad en una democracia, tan serio que puede hundir la carrera política de cualquier ministro o incluso de todo un presidente.
No echen las campanas al vuelo el señor Fernández Díaz ni sus colegas ni quienes hayan participado en hechos semejantes. El escándalo sobre la utilización partidista de la Oficina Anticorrupción de Cataluña se destapó muy poco antes de que los ciudadanos acudieran a las urnas y es un error creer que quienes votaron a favor del Partido Popular borraron con sus papeletas las grabaciones. Nunca fue esa su intención. Las grabaciones están ahí, siguen estando ahí, y exigen una respuesta y unas consecuencias porque, se mire como se mire, revelan un problema gravísimo de la democracia española.
Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL PAÍS'. Actualmente firma columnas en este diario y publica...