El perturbado 'juego' de quemar viva a una inocente
Carlos Quílez nos sumerge en una cruda historia de violencia juvenil
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Madrid
La maldad está en todas partes, no solo en las perturbadas mentes de asesinos en serie. El mal tiene la habilidad de permanecer oculta hasta que, un día, nos recuerda que en nuestras cotidianas vidas también hay lugar para la muerte y la crueldad.
‘Rosario Endrinal’. Con Carlos Quilez
23:43
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El periodista Carlos Quílez se aleja de su habitual bestiario criminal español para rescatar un suceso que sacudió a la sociedad catalana en diciembre de 2005. La mañana del 16 de diciembre, España se levantó con mal sabor tras digerir una reveladora verdad: la maldad también se esconde en nuestros propios hijos.
La víctima en aquella ocasión fue Rosario Endrinal, una indigente que pasaba la noche resguardándose del frío en un cajero automático de la parte alta de Barcelona. En mitad de la noche, tres jóvenes, irrumpieron en el cajero y comenzaron a increparla e insultarla. Todo parecía una cruel broma, una mofa más de las tantas que se deben soportar cuando estás en la parte más baja de la pirámide social.
El alcohol mezclado con la superioridad moral de aquellos chavales fue incrementando la tensión de la broma pesada. En el juicio ellos dijeron que solo le querían dar un susto pero lo cierto es que aquel susto de muerte acabó en tragedia. Los insultos dieron paso a los golpes y estos al macabro final. Tras horas increpando a la indigente, uno de ellos entró un bidón de disolvente robado de una obra y lo vertió en mitad del cajero. Una cerilla hizo el resto. Rosario murió quemada viva ante la atenta mirada de aquellos tres chavales que, sin mover un dedo, miraban la escena desde la acera de enfrente.
En aquella ocasión, las cámaras de seguridad del cajero captaron la brutal agresión perpretrada por los jóvenes:
EL JUICIO
Detenidos en los días posteriores a la noche de autos, dos de ellos pasaron a disposición judicial a la espera de juicio y al tercero, que tenía 16 años, lo condenaron a ocho años en un centro de menores. Dos años más tarde, fueron sentenciados a 17 años de cárcel por el asesinato de Rosario Endrinal. 10 años después, el que era menor ya disfruta de su libertad y los otros dos encaran la recta final de su condena.
DE LA VIDA CÓMODA AL INFIERNO DE LA INDIGENCIA
Rosario Endrinal fue secretaria de dirección de una importante empresa de alimentación. Fue una mujer atractiva, inteligente y educada que, un día, cometió un error por el que pagó un alto precio. Ella misma relataba por el barrio que se enamoró de la persona equivocada. Le hizo perder la cabeza, consumir demasiadas drogas y abandonar a su marido y a su hija cuando aún era un bebé. Las cosas no le salieron como esperaba y rota por la ruptura de aquel amor frustrado intentó recuperar lo que había perdido. Pero pagó el precio de su abandono. Nadie la quiso ayudar. Enganchada aún a la cocaína, sin trabajo y sin dinero, empezó a mendigar y así pasó más de una década. La peligrosa vida de indigente, expuesta a robos y violaciones, la llevaron a ocupar aquel cajero en la parte alta. Allí se sentía segura y a salvo, de nuevo, volvió a equivocarse.
