Los ERE, ese desastre sin paliativos

Madrid

La tacada es de aúpa. El juez Álvaro Martín ha hecho finalmente lo que todo el mundo sabía que iba a hacer, y a veinte días de las elecciones se lleva por delante a dos ex presidentes de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, además de a otros 24 ex altos cargos, entre ellos seis exconsejeros. Para abreviar, limitemos el castigo a Chaves y Griñán, que a toda velocidad, y sin esperar a más trámites, se han dado de baja en el PSOE para no dañar aún más –su mero procesamiento ya es un golpe bien duro- a la actual dirección del partido. Insisten los encausados y todos los socialistas en la honorabilidad de uno y otro.

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Quizá al final del proceso se pueda deslindar su responsabilidad política –que ya asumieron- de la penal, que ahora se aclarará. Y parece evidente, al menos este Ojo no conoce a nadie -de derechas ni de izquierdas- que les acuse de haber metido la mano en la caja para llevárselo a Suiza o Panamá. Pero en la larguísima historia de los ERE, hay desgraciadamente demasiados errores y demasiadas dejaciones de responsabilidad, junto a una maraña de chanchullos y amaños sin cuento, salpicados además con unos cuantos sinvergüenzas que se lo llevaron crudo. Esos sí.

Todo esto ocurre por no amputar el brazo cuando había que hacerlo.