La trastienda: historias de libros y libreros
Comienza la 75º Feria del Libro de Madrid. Casi dos semanas para pasear por el parque del Retiro de Madrid y sumergirse entre cientos de historias
Madrid
Sexto día antes de la Feria. Son las nueve y media de un sábado. En el Retiro confluyen perros, 'runners' y viandantes que disfrutan del fresco de la mañana. Va a hacer calor, se percibe en el ambiente. Para encontrar la ubicación exacta de la Feria del Libro hay que entrar por la Puerta Madrid del Retiro, es la más cercana, 40 pasos la separan de la Calle Alcalá. Las casetas están casi terminadas, por la calle de la Feria se puede caminar sin problemas porque en ella sólo hay operarios, toros mecánicos, furgonetas y el ruido del montaje. Nada que ver con la imagen de este fin de semana. "Tardamos unos 15 días en montar las más de 300 casetas. Lo peor es el calor, y después desmontarlo todo". Pedro es uno de los responsables del montaje. Más de 50 personas trabajan para que todo esté apunto. Cuando ellos terminan es el turno de los libreros. Porque la Feria, sin ellos, no tendría sentido.
La trastienda de la Feria del Libro de Madrid
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Volvemos al Retiro. Quedan 24 horas para la inauguración. La imagen es algo distinta a la que nos encontramos en el montaje de las casetas, cajas de cartón y libros en las estanterías. "Yo empecé siendo librera en Madrid. Me marché a Málaga, pero decidí volver para trabajar en una editoral independiente. La Feria del Libro es lo mejor para los libreros porque te permite tender un puente con personas desconocidas y a las que seguramente no volverás a ver, pero sabes que él se ha llevado algo que ha formado parte de ti". Isabel es librera. Trabaja en la editorial Gallo Nero, que comparte la caseta 146 con otras dos editoriales, Contra y Sajalín.
"Este año estamos en una posición privilegiada. Espero que facturemos más que en la anterior edición". Donatella es editora de Gallo Nero. Es la quinta Feria del Libro de Madrid en la que participa. "Nuestros libros son para todos las personas. Literatura del siglo XX, texto periodísticos, etc. Yo vendo muy mal, por eso necesito una librera que ame los libros y conozca nuestro trabajo", asegura. Le gusta el contacto con el público. Esta italiana que llegó a España para hacer un Erasmus y decidió quedarse, está encantada de poder participar un año más.
Isabel y Donatella abren las cajas con los libros que la distribuidora ha dejado frente a su caseta a primera hora de la mañana. "Hay que limpiar un poquito e ir colocando los libros de forma estratégica. Luego decoramos un poquito la caseta y ponemos el cartel de las editoriales. Durante la Feria vamos moviendo los libros en función de la salida que vayan teniendo", nos cuenta Isabel, que es la primera vez que participa en la Feria del Libro de Madrid.
Para Donatella lo más divertido son las anécdotas que dejan dos semanas de Feria. Desde problemas para colocar el cartel de las editoriales, hasta el paseo tradicional de la reina durante la inauguración. "Hace dos años visitaron mi caseta, le regalé un libro y después, cuando ella siguió el paseo, vino un hombre de negro y me lo pagó", nos cuenta riéndose. Dos o tres horas tardaron en colocar la caseta, que cerraron hasta el día de la inauguración. Todo listo en la 146.
En 1933 se organizó la primera Feria del Libro de Madrid. Casetas pintadas de colores que se instalaron en el paseo de Recoletos. Sobre las casetas se instalaron altavoces para que los visitantes pudieran escuchar los discursos de las autoridades y también a los escritores de la época.
Tras esta edición hubo dos más, en 1935 y 1936. La guerra Civil y la posguerra abrió un paréntesis que se cerró en 1944. Ese año las casetas regresaron al paseo de Recoletos y la Feria pasó a llamarse Feria Nacional del Libro.
En 1967 la Feria se trasladó al parque del Retiro, en ciernes una nueva época que también requería un emplazamiento diferente. En 1982 pasó a denominarse Feria del Libro de Madrid. Ese año fue inaugurada por los reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía. Desde entonces, cada edición es inaugurada por un miembro de la Familia Real.
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