La demagógica realidad

Madrid

La realidad, tan demagógica como de costumbre, nos trajo ayer en plena francachela de noticias sobre corrupción un dato apabullante: el 22% de los españoles, uno de cada cinco, vive por debajo del nivel de la pobreza. Y es información que no procede de los antisistema si no de un organismo oficial: el instituto nacional de estadística.

Con este dato, la realidad esperaría que los responsables públicos hicieran algo de provecho. Pero la realidad, aunque no es partidista, sí es política. Lo cual quiere decir que estos hechos, en lugar de movilizar a todos, se convierten en balón para que los partidos se líen a patadas, tratando de meter un gol al adversario.

Ocurre esto porque a los ciudadanos afortunados, los que no estamos en ese colectivo tan frágil, sus penurias no nos dan ni frío ni calor. Atrevámonos a reconocerlo. Porque, si nos importara de verdad, no permitiríamos que nadie celebrara mejorías en la macroeconomía mientras millones de ciudadanos sobreviven haciendo equilibrios en el alambre o cayendo al vacío. Y exigiríamos que asuntos como la renta mínima o salarios mínimos decentes fueran estudiados no como reivindicación de unos, sino como objetivos de todos