Fóllame aunque no estés
La Tana ha tenido que pensar por qué tiene una banda sonora propia en la que solo incluye nombres de amantes.
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Getty Images
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Madrid
Carezco de cultura musical más allá de que he tenido la suerte de rodearme de amantes que se tomaron la molestia en que yo tuviera algo de arte. Cada uno eligió su propia banda sonora conmigo, dejándola para la posteridad junto al recuerdo de las noches que pasamos juntos. Contara lo que contara la letra de aquellos temas, transformamos a nuestro antojo la historia de nuestros polvos. Cambiamos la tragedia de otros por un triunfo de los nuestros; la desdicha de esa cama por la epopeya de la nuestra.
Que fuera una canción triste no implicaba que a nosotros nos doliera.
Apenas escucho un compás y siento tus manos otra vez sobre mi cuerpo. Vuelves a recorrerme de punta a punta, rebañas entre mis piernas y evoco con nostalgia mi cabeza entre las tuyas. Partituras que traen el recuerdo de tus besos, sin que importe que ya no me los des, que ya no quieras dármelos.
Podrás lamer, sentir, oler, morder y hasta follarte a quien quieras sin que eso pueda dejarme con las ganas. Tú y yo tenemos nuestra canción. Personal e intransferible. Notas musicales que hacen que me pare en seco a escucharla aunque suena en mitad de la calle. Versos que me recuerdan a ti y a mí por mucho que nadie los escribiera pensando en nosotros.
Escucha… Suena de nuevo ese ritmo que solo me habla de ti. No te va a quedar otra que quedarte aunque no quieras y follarme aunque no estés. En eso consiste tener una canción solo para nosotros.