Calados a la primera

Madrid

El ministro de exteriores en funciones, José Manuel García Margallo, ha dicho hoy que el gobierno se ha pasado cuatro pueblos con la austeridad. No tres pueblos, cuatro, lo que quiere decir que Margallo piensa que se han pasado muchísimo. Lo que no sabemos es si lo ha pensado de repente, le ha venido a la cabeza, así de súbito, el sufrimiento de buena parte de la sociedad española, o si lleva ya un tiempo pensándolo, porque si es esto último ya podría haberlo dicho en alguno de los muchos Consejos de Ministros donde se decidía sobre el austericidio.

Tampoco sabemos si tiene algo que ver su reconocimiento con el tiempo electoral que vivimos, en plena precampaña, aunque nos lo imaginamos. Las campañas electorales nos hacen ver y escuchar cosas que nunca hubiéramos imaginado. Un ministro reconociendo el austericidio, un presidente del gobierno en funciones arrancando la campaña electoral leyendo un texto del teleprompter en la residencia del presidente y no en la sede de su partido, políticos hablando y desmintiéndose sobre sus aspiraciones a liderar partidos, políticos micrófono en mano en medio de la calle hablando para quien quiera escuchar y dejándose piropear por quien sea.

Se han quitado ya los políticos el corsé que les oprimía durante estos meses de negociación, se han soltado la melena y ya no ocultan la vergüenza que hace tiempo la perdieron. Porque con un mínimo de vergüenza, aunque sea muy poquita, no se puede decir a los españoles que han perdido el trabajo, poder adquisitivo e incluso la clase social a la que pertenecían, no se puede decir a toda esta gente que “se han pasado cuatro pueblos con la austeridad”. Que no se excedan en sus actuaciones que con tanta experiencia en precampañas y campañas ya les calamos a la primera.