William Shakespeare: un personaje de cine

Madrid

Antes de nada, una aclaración. Cervantes y Shakespeare no murieron realmente el mismo día, el 23 de abril, como se ha venido diciendo estas últimas semanas. En 1582 el Papa Gregorio XII adelantó 10 días el calendario. Es el llamado “calendario Gregoriano” que seguimos en la actualidad y que sustituía al “calendario Juliano” que había hasta entonces. Reinos como las actuales Francia, Italia o España adoptaron inmediatamente ese cambio pero Inglaterra no lo haría hasta 1752. Así que para los ingleses Shakespeare murió efectivamente el 23 de abril, pero un 23 de abril que según el calendario gregoriano, es decir, el actual, correspondería al 3 de mayo de los países católicos.

Anécdotas al margen, en el cine la presencia de Shakespeare es enorme. No solo es el autor más veces adaptado a la pantalla sino que su influencia se puede rastrear en infinidad de argumentos o secuencias concretas. Un ejemplo. En “El extravagante doctor Dolittle”, por ejemplo, Rex Harrison llegaba a una isla perdida en África donde todos los nativos eran seguidores de Shakespeare.

Si piensas en Shakespeare como personaje la primera imagen que te viene a la mente es el rostro de Joseph Fiennes, el actor que le daba vida en “Shakespeare enamorado”, la película que ganó el Oscar en 1999.

Las visitas a Shakespeare son habituales cuando se trata de viajes en el tiempo. Así ocurría por ejemplo en la película “El mundo de Sofía”. Rowan Atkinson en su serie “La víbora negra” le daba un puñetazo al encontrarle.

Un tratamiento muy interesante del personaje fue el que hizo el director Roland Emmerich en su película “Anonymous”. Según este film el verdadero autor de “Hamlet”, “El rey Lear” o “Romeo y Julieta” no fue Will Shakespeare, actor, nacido en Stradford-upon-Avon, sino un noble británico que permitió que sus dramas y sonetos fueran firmados por él.

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En el cine español el personaje de Shakespeare también ha aparecido en varias películas. En el clásico de Juan de Orduña “Un drama nuevo”, le veíamos discutiendo con Yorick, el bufón cuyo cráneo sujetaba Hamlet en la escena del “to be or not to be”. Yorick, todavía un feliz cómico, deseaba por una vez interpretar un papel dramático.

Más recientemente, en 2007, la directora Inés París fantaseaba con un posible encuentro entre Cervantes y Shakespeare en la película Miguel y William.

También en el cine de animación hemos visto a Shakespeare como personaje. Aparecía en la Lego película y en Gnomeo y Julieta, el gnomo enamorado hablaba en el parque con una estatua suya.

Cómo veis no solo ha llenado el cine con las adaptaciones de sus dramas sino que su presencia como personaje se extiende a otras cuantas películas. No en vano estamos ante uno de los autores más influyentes de la cultura universal, si no el primero. Y así seguirá siendo.