La soledad del maltrato

Madrid

Una mujer maltratada ha pedido ayuda, ha pedido auxilio, en una nota colocada en los deberes de su hijo de ocho años. Sucedió en Benalmádena, Málaga.

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Es un fracaso. Primero, por no tener las oportunidades suficientes como para no mezclar al niño. Segundo, por la obligación de recurrir a una tarea tan ingrata y tan desagradable; la de informar a los demás, la de hacer público en un colegio algo que debería hacerse público en una comisaría.

Esta noticia funciona. Funciona, desgraciadamente, como funcionan muchas noticias: son bocinazos, avisos al exterior, ejemplos de lo que no debe ocurrir. Una mujer maltratada, aislada, blindada psicológicamente por el enemigo. El maltrato en muchas ocasiones es la incomunicación. La apariencia que se le da a la pareja de normalidad mientras detrás hay un infierno.

Por eso tiene tanta fuerza metafórica la imagen de una nota de auxilio entre los deberes. Tiene fuerza porque la desesperación a veces es tan grande que se hacen cosas así. Lo cual deja una paradoja deprimente: es terrible el maltrato, pero lo más cruel de una relación así es, primero, no darte cuenta de que está pasando, y segundo, asumirlo como parte de los deberes, enviar mensajes fuera de casa para decir que lo que se creía que era amor, es un secuestro.