Multas y multas

Madrid

Los castigos que reciban las empresas que trucaron sus coches para que no se supiera cuanto contaminaban, en realidad tienen que ser lo suficientemente altas, tan superiores al beneficio que obtuvieron con su engaño, que disuadan de nuevas tropelías. No parece, sin embargo, que esa vaya a ser la medida de las multas en Europa ni desde luego en España.

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Quizás en Estados Unidos sí sienten un precedente suficiente, porque allí los ciudadanos perjudicados pueden llevar uno a uno a la Volkswagen ante los tribunales y porque allí son jurados los que fijan libremente el alcance de las indemnizaciones. Así que es posible que la empresa alemana termine por firmar un acuerdo global por el que devuelva, más o menos, el importe total del coche que compraron, es decir que indemnice a cada uno de los 600.000 ciudadanos engañados con una cantidad tan fuerte que no les queden ganas de volver a intentarlo. Además, y para hacer frente a la demanda de la Agencia norteamericana de Protección del Medioambiente, la Volkswagen tendrá que destinar otra hermosa cantidad a financiar investigaciones para mejorar la ecología en el sector del automóvil, algo de lo que se beneficiarán las empresas norteamericanas.

En Europa estamos muy lejos. Ayer, la portavoz de la comisaria de Mercado Interior e Industria explicó que “Bruselas ha invitado repetidamente al grupo alemán a reflexionar sobre las maneras más adecuadas de compensar a los consumidores” —se supone que a quienes compraron los coches trucados, pero también a quienes respiraron lo que no tenían que respirar—. ¿No les parece “encantadora” la fórmula “invitar a reflexionar”? En Estados Unidos, por lo que se ve, los jueces han reflexionado por su cuenta.