Acabar con la discriminación dentro de la ONU

Madrid

Ayer comenzaron en Nueva York los primeros pasos para la elección del sucesor del actual secretario general de Naciones Unidas, el coreano Ban Ki-Moon. Solo que esta vez lo que se plantea es elegir a una secretaria general, por primera vez en la historia de la ONU.

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Hasta ahora ese cargo ha sido elegido de acuerdo con una cierta rotación regional o geográfica. De los 8 secretarios generales elegidos desde octubre de 1945, cuatro han sido europeos, uno latinoamericano, dos africanos y dos asiáticos. Eso sí, todos ellos del género masculino. Hace ya mucho tiempo que resulta extraño que ninguna candidata, de las muchas que ha habido, reuniera las condiciones necesarias. Más bien parecía que era su condición femenina lo que obstaculizaba, precisamente su elección. Y eso es con lo que se quiere acabar de una vez: con la discriminación de que han sido objeto las mujeres en el máximo puesto diplomático de la comunidad internacional.

En esta ocasión hay ya cuatro candidatas oficiales. Tres son de Europa del Este —la zona geográfica a la que informalmente correspondería la elección— y la cuarta es la ex primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, que ha sido también administradora del programa de desarrollo de la ONU y que tiene amplísima experiencia diplomática. Además, el procedimiento de designación de candidatos no se cierra hasta junio, así que es posible que surjan otros nombres. En cualquier caso, por primera vez en la historia de la ONU, los representantes de 58 de los 193 países miembros, liderados por Colombia, han expresado su deseo de que no exista un criterio de prioridad geográfica sino de igualdad de género y que se elija a una de las candidatas. Un espacio político más en el que acabar con la discriminación.