Fumata gris
En la transición yo aprendí que el miedo es el padre de los consensos. Veremos, porque ahora en la política española hay miedo a espuertas

undefined
Madrid
Fumata gris. Algo parece que se mueve. Para entender las dificultades de los partidos en un momento como este, convendría que recordáramos el dramatismo con el que muchos de ellos están viviendo una situación así, personas y partidos.

Iñaki Gabilondo en la redacción de la Cadena Ser / CADENA SER

Iñaki Gabilondo en la redacción de la Cadena Ser / CADENA SER
Más información
Pedro Sánchez: si no llega a la Moncloa su carrera puede haber terminado. Casi podemos decir que su plazo personal de oportunidad puede concluir el día dos de mayo. El PSOE: o llega al poder o se acelera su desplome hacia la irrelevancia. Y Susana Díaz, o quien sea, tendrá por delante una enorme travesía del desierto o la gran coalición con el PP, lo cual significa desgarrón interno seguro.
El PP: si pierde el poder estalla. La renovación imprescindible será traumática. Pondrá en la calle a una muchedumbre, Mariano Rajoy el primero, por supuesto. Podemos: su cara o cruz también es de órdago, porque si es capaz de instalarse en la banda ancha del progresismo ciudadano puede lograr el sorpasso y ser el socialismo de la próxima década. Pero si mide mal, puede terminar en el rincón en el que desde hace años se agolpan frustrados tantos izquierdismos. Salvo Ciudadanos, al que parece que cualquier viento ahora puede serle suavemente favorable, todos los demás se juegan mucho.
En la transición yo aprendí que el miedo es el padre de los consensos. Veremos, porque ahora en la política española hay miedo a espuertas.