Debes irte, pero no aún
El domingo se ha cumplido una semana desde el inicio del acuerdo euroturco. Grecia no puede ejecutar un plan que expulsa, de momento, solo a sirios
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Un iño salta a la comba sobre una vía de tren frente a la frontera griega con Macedonia / MARKO DJURICA (REUTERS)
![Un iño salta a la comba sobre una vía de tren frente a la frontera griega con Macedonia](https://cadenaser.com/resizer/v2/IF2FO3RK5BNYPKDFMXLL7CZ5AE.jpg?auth=630dc1085457b07b8d25938158a183a2580eef50bce468ee0c13188aa08564cc)
Madrid
Europa ejecuta un plan, que Grecia no puede cumplir. Aunque, en la práctica parezca que todo permanece igual, en la teoría, todos los sirios que llegan desde el domingo veinte hasta Grecia son recibidos con una carta de expulsión hasta Turquía a diferencia de los que ya permanecen, que tendrán la posibilidad de solicitar el asilo y, en caso de no cumplir los requisitos y ser rechazado, recurrir.
En general, la permanencia en cualquier país europeo parece poco probable de cumplir porque, en principio, serán expulsados hasta Turquía –retornados, como dice el mensaje europeo- por considerarlo un país seguro.
La otra gran diferencia sustancial es el recibimiento: hasta ahora, los refugiados podían permanecen en lo que se denominaban centros de acogida; ahora, los que se situaban en las islas de Lesbos, Kos y el resto de puntos más cercanos a la costa turca, se convertirán en centros de detención, algo similar a un CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes), es decir, bajo vigilancia de las autoridades policiales y, en principio, en régimen cerrado.
Sin embargo, estas dos nuevas situaciones no son posibles de afrontar, de momento, por un Gobierno griego que ha reclamado un mayor apoyo de las autoridades europeas a pesar de haber cumplido otros compromisos como el de ampliar el número de plazas en centros de acogida en más de 6.500. Desde el Gobierno aseguran que son necesarios en torno a tres mil funcionarios e intérpretes de árabe dispuestos a trabajar sobre el terreno durante un tiempo, además de remodelar los centros de acogida para adaptarlos a las características de un centro de detención.
Desde la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), han anunciado su retirada de estos centros que, desde ahora, pasan a ser directamente responsabilidad del Estado. Según confirma su director adjunto en Grecia, Giovanni Lepri, Acnur cumple con sus principios al retirar su apoyo humanitario de centros enfocados en la expulsión de ciudadanos de un país, aunque mantendrán su labor de supervisión para controlar que los que los derechos de los que allí permanezcan se cumplen con normalidad. Otras organizaciones como Save The Children también han anunciado su retirada.
Es lo que se deriva del plan euro-turco que resalta, definitivamente, el desinterés común de la Unión por acoger en sus territorios a personas que huyen de una guerra siria trasladando lo que explícitamente ya consideran un problema, el de la crisis de los refugiados, hasta el país heleno y Turquía.
En este acuerdo euro-turco teóricamente prima el derecho de los refugiados a solicitar asilo y a que cada uno de los casos sea revisado individualmente; en la práctica, desde la entrada en vigor de este acuerdo todos los ciudadanos sirios que alcancen de algún modo –especialmente por mar- territorio europeo, serán expulsados, antes o después, hasta Turquía, país que la Unión considera seguro y, por lo tanto, de plenas garantías humanitarias.
Sin embargo, el gran objetivo de frenar la llegada de refugiados no se cumple: durante esta semana, se han contabilizado, al menos, 1600 llegadas a Grecia, que se sumarían a las 50.000 personas que ya permanecen en el país heleno.