1000 torrijas diarias, 30 empalaos y 2500 personas rompiendo la hora. Escuchamos la pasión de la Semana Santa

Madrid

Vacaciones, procesiones, tradiciones, reuniones... flores, dulces, emociones... tráfico, accidentes, lluvias y decepciones... Todo ello es Semana Santa. 

La Semana Santa en Calanda es una de las celebraciones más llamativas de España. Este pequeño pueblo turolense de no más de 4000 habitantes forma parte de la Ruta del Tambor y el Bombo del Bajo Aragón, un encuentro reconocido de Interés Turístico Nacional e Internacional. Gran parte de este galardón se lo deben al cineasta calandino Luis Buñuel, encargado de difundir el atractivo de esta tradición. 

2.500 personas "rompen" la hora con sus instrumentos a las 12:00 del mediodía del Viernes Santo en la plaza del pueblo y, desde ese momento, Calanda no deja de sonar. Es obligatorio tocar con el hábito a lo largo de todas las fiestas, pero la noche del viernes se hace una excepción. Lo cual permite que los turistas que quieran puedan formar parte activa de la celebración. 

De los toques de los tambores pasamos al silencio más absoluto para hablar de Valverde de la Vera, un pueblo cacereño de no más de 490 habitantes conocido por los empalaos. Un Via Crucis que realizan cerca de 30 hombres al año, de madrugada, en completo silencio y cargados con un timón de arado a la espalda sujeto por unas sogas que van desde la cintura hasta las manos. Los motivos, explican, son únicamente personales. 

Llevan más de 4 kilos de peso y hacen un recorrido de, aproximadamente, 1 km. Además, se mantiene la costumbre de que los empalaos se arrodillen en señal de respeto mutuo cuando, en su recorrido, se encuentran con otro empalao o con un nazareno. 

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Y, por supuesto, no podríamos hablar de la Semana Santa sin hacer referencia a los dulces típicos de estas fechas. En Madrid, por ejemplo, según las estimaciones realizadas por la Asociación de Empresarios de Pastelería Artesana de la Comunidad, se prevé que las pastelerías van a vender más de 3 millones de torrijas, 2 millones de pestiños y 500.000 monas de pascua.

Una de ellas es la famosa Mallorquina, una pastelería situada en pleno corazón de Madrid que lleva más de 5 generaciones en manos de la misma familia. En su caso, hacen más de 1.000 torrijas tradicionales al día. Llevan desde los años 40 manteniendo las mismas recetas; por lo que las mismas torrijas que comían nuestros abuelos, son las que comemos nosotros ahora.