¿Alguien pedirá perdón alguna vez?

Madrid

Doce años después, los actos en recuerdo de los atentados del 11-M, que acabaron con la vida de 193 personas y dejaron 1857 heridos, han sido un homenaje unánime en el que por primera vez han coincidido todas las asociaciones de víctimas. Las heridas abiertas con la matanza de los terroristas se avivaron primero con la mentira sobre la autoría de los atentados y durante años con el goteo de informaciones que alimentaron la teoría de la conspiración. Una infamia que prosiguió incluso cuando la justicia dictó sentencia sin hallar una sola prueba de la participación de ETA en el crimen.

En estas líneas no cabe la nómina entera de quienes se sumaron a este coro cruel. Ellos saben perfectamente lo que hicieron. Sus palabras están en las hemerotecas y en los diarios de sesiones del parlamento. Son, por lo demás, gente muy exigente a la hora de reclamar a los demás que pidan perdón. Pero ellos nunca lo han hecho. Y todos, pero especialmente los familiares de los muertos con cuya tragedia jugaron, mereceríamos que alguien, alguna vez, pida perdón sobre esto.