Mal vamos si Rajoy se siente en la Unión Europea un jarrón chino

Madrid

EL secretario de Estado para las Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, debe ser un hombre exagerado. Muy aparatoso hay que ser para pensar que pedir que comparezca el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, en el actual Congreso es como pedir que comparezca Felipe González. Flaco favor le hace el secretario de Estado a Rajoy si piensa que en estos momentos está tan implicado en la gobernación de España como González, que dejó de ser presidente hace la friolera de 20 años.

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Muy inquietante sería la cosa, si fuera verdad. Confiemos en que Rajoy no se sienta ya un florero chino, porque resulta que es precisamente la persona que sigue representando a todos los españoles, con derecho a voto, en las reuniones del Consejo Europeo, en decir en las reuniones en las que se decide nuestro futuro. Si Rajoy acude con ese estado de ánimo, mal vamos.

Es cierto que un presidente en funciones tiene limitaciones muy concretas en su actividad, pero, sean como sean esas limitaciones, no han suprimido, que se sepa, el marco general de un sistema parlamentario, como es el nuestro. Así que parece bastante razonable lo que escribió ayer Pedro Sánchez en su blog: el principio de acuerdo firmado entre la Unión Europea y Turquía por el que se contempla la expulsión de refugiados sirios tiene muchos visos de ser ilegal y existen argumentos para oponerse a su ratificación. Y si esa es la opinión mayoritaria del Congreso, lo razonable es que el presidente en funciones acuda al Parlamento, escuche y traslade esa voz a la reunión del próximo 17 de marzo en Bruselas.