Menos mal que entendieron el mensaje

Madrid

El gobierno en funciones sostiene que no está obligado a rendir cuentas ante el parlamento. El gobierno en funciones asegura que el Congreso actual no puede exigir que se someta a su control a un gobierno al que no le dio su confianza. El gobierno en funciones, en fin, comunica al Congreso que no piensa acudir aunque se lo pida y que si no le parece bien, acuda a los tribunales.

Vivimos una época inaugural, le estamos quitando el plástico a no pocas paradojas y esta es una de ellas. El modelo no está pensado para que el gobierno en funciones deba someterse al control del Parlamento. Así que hoy el poder ejecutivo y el legislativo mantienen un pulso que zarandea el andamiaje democrático.

Porque piénsenlo por un momento: imaginen que mañana se descubre algún desmán en la gestión de un ministro, algún abuso en sus atribuciones, imaginen que mañana se detecta una ilegalidad flagrante que derive en una responsabilidad política de alguno de los miembros del gobierno. Según la teoría del gabinete de Rajoy, el congreso no podría pedir explicaciones y el gobierno no tendría por qué rendir cuentas ante la cámara que en puridad nos representa a todos... ¿No es un absurdo? Más allá de refugios de leguleyos, ¿en qué quedan aquellas apelaciones al parlamento como el centro de la vida política?

Inventario: España, 10 de marzo de 2016. Tenemos un presidente en funciones que le dijo no al rey y que se negó a asumir riesgos, tenemos un parlamento incapaz de encontrar una formula que desbloquee la constitución de un gobierno, tenemos un ejecutivo en funciones que se blinda ante el control parlamentario, tenemos 4 grandes partidos que se vetan y líderes que se descalifican... Menos mal que entendieron el mensaje.