Investidura y Otegi
Casta y no casta aparecen mezclados en un mismo puré y no se aprecian las novedades renovadoras que se esperaban. El tactismo y la vía estrecha siguen mandando demasiado
undefined
Madrid
Si de verdad aceptáramos que el bipartidismo ha concluido y que nadie va a poder ofrecer un menú programático completo, reconoceríamos que el discurso de Sánchez incluía aportaciones interesantes. La propuesta PSOE-Ciudadanos es imperfecta e insuficiente, pero no más que cualquier otra combinación.
Más información
Por lo demás, el candidato socialista ha aprovechado bien el inexplicable regalo de protagonismo que le hizo la espantada de Rajoy y se ha colado ya en el inconsciente colectivo como una opción presidenciable verosímil, lo que hasta hace poco no ocurría.
El aroma inconfundible a campaña electoral vuelve a impregnarlo todo, y otra vez cruza en el aire argumentos que nos hemos aprendido ya de memoria y que, gastados por no encarnarse en acción política de ningún tipo, revolotean inútilmente como avioncitos de papel.
El efecto más claro de este incesante amagar y no dar es que ya suena viejo hasta lo nuevo. Casta y no casta aparecen mezclados en un mismo puré y no se aprecian las novedades renovadoras que se esperaban. El tactismo y la vía estrecha siguen mandando demasiado. No ha pasado nada, solo ha pasado el tiempo.
La firma de Iñaki Gabilondo: 'Investidura'
01:00
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles