Hacer un "Rajoy"

Madrid

Esperanza Aguirre insiste en que su dimisión no le marca el camino a Mariano Rajoy, que bastante tiene con lo suyo. Pero lo que no puede negar la hasta ahora presidenta del PP madrileño es la presión que de golpe le ha metido al presidente en funciones. El PP en Valencia en manos de una gestora, el PP en Madrid en manos de una gestora, ésta presidida por Cristina Cifuentes… los dos graneros de votos populares, los dos cortijos de los populares derrumbándose a golpes de corrupción. Valencia y Madrid, las comunidades que durante años han apuntalado el PP, apuntaladas ahora por gestoras mientras Mariano Rajoy hace un Rajoy, o sea, nada, mira para otro lado.

La cosa sigue sin ir con él. A Esperanza Aguirre le dijo tras la dimisión que le entendía pero, ¿qué es exactamente lo que entendía?, porque si lo que entiende es que la corrupción es motivo de dimisión, él ya está tardando, todo lo que se aplica a Esperanza Aguirre se le puede aplicar a él perfectamente. A ella, como a él, no les consta nada, a pesar de que los corruptos ocupaban despachos y cargos de confianza y campaban a sus anchas por la sede de Génova.

Es verdad que la dimisión de Esperanza Aguirre poco tiene que ver con la corrupción y mucho con la patada en la espinilla al líder del partido, pero a Rajoy la patada tampoco le duele, lleva espinilleras, casco y todo tipo de protecciones porque nada le afecta, absolutamente nada. Tan tranquilo está que este fin de semana ya ha advertido que si Pedro Sánchez fracasa en la investidura, él está dispuesto a intentarlo. Y lo dice y se queda tan ancho.

Pretende una investidura de segunda mano el líder de un partido que se desmorona por todas partes, a cuya sede ha entrado la policía o la guardia civil hasta cuatro veces, dirigido por gestoras en sus comunidades más importantes. Ayer Esperanza Aguirre, en su dimisión, recurría al ejemplo de la política británica. Mi duda es dónde busca la inspiración Mariano Rajoy.