La escopeta nacional

Madrid

Buscando en la fonoteca de la SER o en la hemeroteca de cualquier periódico una tropieza con el “no me consta” de Cospedal, cuando estalló el escándalo de los sobresueldos en negro del Partido Popular. Era enero del 2013 y acabábamos de enterarnos de que Bárcenas tenía una fortuna oculta en Suiza. Anoche, tres años después, Aguirre recuperó el clásico: “Financiación ilegal del PP de Madrid, que a mí me conste, no ha habido nunca”. Y entre dirigentes a los que no les consta, se nos han ido los últimos años.

Ampliar

Cerrar

El juez registra la sede regional del Partido Popular en Madrid buscando documentos sobre presunta financiación irregular del PP madrileño y Aguirre, como Barberá en Valencia, no tiene noticia de que en ese local se beba. Y todo eso el mismo día en que Jaume Matas, expresidente balear, exministro del gobierno de España, describía con naturalidad en la Audiencia de Palma el nuevo guion de ‘La Escopeta Nacional’, de Berlanga: "Me invitan a un acto lúdico, un partido de pádel en la residencia de Urdangarin, en la que me dicen que él puede conseguir el equipo ciclista Banesto”.

Los negocios no los hacían ya en cotos de caza o no sólo, sino en partidos de pádel en el Palacio de Marivent. Allá cada uno con sus preferencias lúdicas y el lugar que elige para cerrar tratos, aquí el problema es que lo que Matas adjudicaba entre juego y juego era dinero público. Un presidente autonómico y exministro del gobierno de España.

Ustedes perdonen la reiteración, pero es que ya no se trata del respeto que merecen los 7 millones de votantes del PP, es España la que tiene un problema muy gordo si al partido más votado y el principal de la derecha le estallan bombas todos los días y miramos para otro lado.