El esmoquin de Pablo Iglesias
La heterodoxia de Pablo Iglesias pasó a ser incongruencia cuando vistió esmoquin con pajarita para acudir a los Goya. Y la incongruencia es un problema cuando se aspira a la máxima magistratura del país
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Madrid
Invitado a una audiencia por el emperador Guillermo II, un líder obrerista alemán apareció sin corbata. Como sea que alguien le recriminara la descortesía, el sindicalista dijo: "Yo no me pongo corbata. Los obreros también tenemos nuestro protocolo".
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Los atuendos, por heterodoxos que sean, por mucho que choquen, se hacen respetar cuando responden a algo con sentido. Por ejemplo: Evo Morales con el traje aymara, con la chompa de alpaca; o García Márquez, recogiendo el Nobel con la guayabera de lino (el uniforme de los trabajadores colombianos, dijo); o José Mujica, el expresidente uruguayo, informal al máximo en todas las circunstancias.
Entendíamos que era de este tipo la informalidad de Pablo Iglesias, tan intransigente y radical como para llega a visitar en mangas de camisa al jefe del Estado en ocasión solemne, como las consultas para designar candidato a la presidencia. Pero la heterodoxia pasó a ser incongruencia cuando vistió esmoquin con pajarita para acudir a los Goya. Y la incongruencia sí es un problema cuando se aspira a la máxima magistratura del país. Si Obama le invita a la Casa Blanca o Angela Merkel a su residencia de Bellevue, ¿Iglesias seguirá la informalidad Zarzuela o la formalidad Goya?