Titiriteros, marionetas y equilibristas
Se hace raro esa prisión sin fianza para los titiriteros mientras, que, por ejemplo, al periodista Jiménez Losantos nadie lo ha llamado ni a declarar tras decir que si tuviera una escopeta recortada en la mano le dispararía a los principales dirigentes de Podemos
El medio minuto de Antonio Hernández-Rodicio: 'Titiriteros, marionetas y equilibristas'
01:42
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Madrid
Quedémonos con lo ocurrido en Madrid con la obra ‘La bruja y don Cristóbal’, que ha acabado con los dos titiriteros en prisión incondicional por orden del juez Ismael Moreno.
Durante el desarrollo de la obra aparece la pancarta con el lema ‘Gora Alka-ETA’. Según los autores, en la ficción es una trampa de la policía para implicar a una bruja okupa y presentar una acusación falsa contra ella. Lo cierto es que los dos titiriteros están en prisión, los responsables del festival, que lo anunciaron como obra infantil, destituidos; y la concejala de Cultura aún en su puesto. Hasta aquí los hechos: una obra de denuncia de sesgo anarquista, una negligencia de los programadores y una responsabilidad política por apoyar a los apóstoles del anarquismo y contra las fuerzas del orden con fondos públicos.
El caso tiene dos derivadas: la política y la judicial. El PP se ha personado contra la edil de Cultura como cooperadora necesaria. Suena raro en el mismo partido que ha colocado a la ex alcaldesa de Valencia Rita Barberá en el Senado y a quien al parecer no la considera cooperadora necesaria de que 14 concejales y ex concejales y 20 asesores que trabajaron con ella estén hoy investigados –la antigua imputación de toda la vida- por un presunto delito de blanqueo.
Y respecto a los jueces se hace raro esa prisión sin fianza para los titiriteros mientras, que, por ejemplo, al periodista Jiménez Losantos nadie lo ha llamado ni a declarar tras decir que si tuviera una escopeta recortada en la mano le dispararía a los principales dirigentes de Podemos. O que otro juez haya dejado en libertad con cargos al pederasta confeso de Los Maristas. Así estamos, entre titiriteros de todo a cien, marionetas políticas y algunos equilibristas judiciales.