La importancia moral de la hemeroteca

Madrid

Este es Mariano Rajoy 2009. Gira mundial, disco de oro. Declaraciones posteriores a una investigación en su partido. No se le ve tan concluyente como otras veces, pero con la fe ya adulterada.

Hay pocos lugares que resistan peor el pasado que la política. El irlandés Brendan Behan decía que él no era un escritor con problemas de alcoholismo, sino un alcohólico con problemas de escritura. Los famosos casos aislados de señores de los que usted me habla del PP son tantos, y afectan a órganos tan sensibles, que empieza a no saberse dónde empieza la trama y acaba el partido. Si lo que hay es un partido con problemas de corrupción o una trama con problemas de política.

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Y aquí llegamos a Valencia y a la deuda que Rajoy siempre tuvo hacia el partido de esa comunidad. Hay un momento en el que dice que ésas son sus credenciales, y pasa a recitar todos los ayuntamientos registrados de la historia de Valencia. O es un hombre con una terrible mala suerte, o es el hombre al que es más fácil de engañar de España, o es que sospechaba de todos e hizo la vista gorda. Ninguno de los tres casos lo habilita moralmente, ni a él ni a su partido, para presidir el Gobierno, especialmente si tiene mucha mala suerte.

¿Podría decirse que el Mariano Rajoy del presente no tiene mucha suerte con el del pasado? Ni con el del futuro. Pero es habilidoso en presentarse como hombre no-enterado, hombre no-informado. Lo mismo excusa su amor por Alfonso Rus, ese Joe Pesci, diciendo que se refería a Alfonso, el del Betis.