Corrupción y pactos
Si los principios no son nuestro primer renglón, ¿para qué queríamos la democracia? En la dictadura muchas veces las cuentas salían bien
Madrid
Rajoy dijo ayer que la corrupción en el PP no tiene por qué afectar a los pactos. Lo fundamental, dijo, es la estabilidad. A lo que se ve, todo debe sacrificarse en el altar de la economía. En la pasada legislatura se sacrificó lo social. En esta, ¿hemos de sacrificar también lo moral? Todos consideramos la economía un factor clave, y nos alegramos de los buenos datos, pero ¿es la economía el único factor que determina la estabilidad de un país? ¿No importan nada los equilibrios sociales, ni la justicia social? ¿Tampoco significa nada la dignidad colectiva?
Es asombroso que Rajoy, que ha perdido millones de votos por este asunto, lo siga desplazando del centro del escenario como algo no sustancial ni determinante. Si los principios no son nuestro primer renglón, ¿para qué queríamos la democracia? En la dictadura muchas veces las cuentas salían bien.
La corrupción sí debe afectar a los pactos, naturalmente. Tras las autonómicas se impusieron condiciones a Susana Díaz en Andalucía y a Cristina Cifuentes en Madrid. ¿No hay que ponérselas a Rajoy tras las generales? Rajoy se está comportando como aquel personaje de cuento que no sabía que estaba muerto.