Sexo del bueno, eso quiero

Madrid

Este año que ya se nos escapa ha sido el año de aprender, de saber más, de reconocernos a nosotros mismos y de intentar alcanzar esa utopía llamada felicidad.. Solo que esta vez quisimos que toda esa felicidad irrumpiera también en nuestra cama. Quisimos aprender todo lo que pudiéramos de sexo y nos atrevimos con situaciones que se escaparan de esa lógica casi divina que nos han inculcado durante años.

Al fin y al cabo, ya hemos comprobado que con eso no siempre es suficiente. Le dimos la importancia justa a cada centímetro de nuestro cuerpo descubriendo hasta dónde podíamos llegar sin que ni siquiera para gozarlo necesitáramos compañía. Aquí sí, aquí no; más deprisa, ahora más lento. ¡Pellizca! ¡Métete los dedos a la vez en cualquiera de tus orificios! Frótate entre las piernas y acaricia todo lo que encuentres a tu paso... Conócete, quiérete, disfruta de ti más que con cualquiera que pase por ahí. Masturbarse es un placer sí, pero follando se conoce gente...

El sexo por la puerta de atrás es cuestión de mimo, sobre todo de mucho mimo.. Sexo con bolas tailandesas, con lubricante, sexo a cuatro patas y también de espaldas. Sexo en el que gozar no se convierta en pecado y si alguno insiste en condenarlo no hay problema: nadie tiene que hacer lo que no quiera. Que todas las cachetadas sean de cariño, que podamos querer sexo con el que nos amarren y nos aten. Lamemos los pies de quien sea si eso nos excita, que seamos el más fiel esclavo de quien decidamos que sea nuestro amo. Saltémonos las normas que ya están escritas y rubriquemos las nuestras propias. Invitemos a participar a todos los que queramos tener cerca, para que los asuntos de cama no sean solo cosa de dos. Empeñémonos en reunir a todos los implicados, para que no falte ninguno y reventemos de felicidad.

Reconocemos que nos queda mucho por aprender y es todo un privilegio si podemos descubrirlo con todos los que cada domingo después de 'El Larguero', hacen posible que la vida y el sexo sean mucho más divertidos contigo dentro...