Hábitos malsanos

Madrid

El domingo por la noche veremos cuál es la verdadera dimensión del deseo de cambio que se supone que agita a la sociedad española. El Partido Popular aspira a proclamarse vencedor de las elecciones si obtiene más diputados que el segundo clasificado, pero habrá que tener muy en cuenta que en estas elecciones tener más escaños no significa ganar las elecciones, por lo menos, no en el sentido clásico de poder formar a continuación Gobierno. El domingo será fácil que haya un único vencedor, pero no un ganador de las elecciones ni un presidente del Gobierno. De eso, de saber quién podrá gobernar, nos enteraremos más tarde, cuando culminen las negociaciones para conseguir formar una mayoría. Así que lo mejor es no creerse mucho las cifras por sí solas y esperar a las combinaciones.

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Es muy curioso, por ejemplo, que el Partido Popular esté dando por garantizada la investidura de Rajoy porque su candidato contará con el apoyo, bien puntual, bien para toda una legislatura, de Ciudadanos. Es como si el PP estuviera absolutamente seguro de que una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace, y que esa norma, que él mismo se ha aplicado tantas veces en el pasado, rige también para los nuevos dirigentes. Pero no hay nada que permita suponer que eso es así y que Ciudadanos vaya a desdecirse de lo que Albert Rivera ha asegurado en esta campaña: no apoyará de ninguna manera la investidura de Rajoy. ¿Por qué hay tanta gente que piensa que eso son minucias? No lo son. Los políticos no pueden prometer una cosa y a continuación hacer lo contrario. Ha sucedido muchas veces, de acuerdo, en el pasado, pero se supone que de lo que se trata esta vez es cambiar esos hábitos malsanos.