¿Se asusta Iglesias del tono del debate? A otro perro con ese hueso

Madrid

Anda este Ojo un poco sorprendido de algunas reacciones al debate entre Rajoy y Sánchez. Nada extrañan las del PP, pobrecillos, qué otra iban a hacer sus sufridos portavoces que lamentar la agresividad de Sánchez, esa sarta de verdades como puños que puso contra las cuerdas a Rajoy. Perdió el presidente, perdió el PP y qué le vamos a hacer ante los resultados coincidentes de todas las encuestas: derrota sin reservas de Rajoy.

Hemos dicho todas, pero no es cierto, porque las de los gemelos univitelinos, Abc y La Razón, dieron ganador a Rajoy. Y por apabullante goleada. Pero tiren la basura al contenedor y volvamos a las reacciones más o menos a tener en cuenta. Por ejemplo, la de Pablo Iglesias, que cual novicia de convento de clausura se ha sentido herido –madre mía- por la agresividad del debate.

¡Hay qué ver qué cosas tenemos que aguantar los que nos dedicamos a estos menesteres de la actualidad política! El mismo activista que dirigía los violentos escraches a los políticos que no le gustaban, al tiempo que acompañaba los más ofensivos insultos, hoy se muestra avergonzado por unos cuantos grititos. Rivera, por su parte, mejor hará en redifinir su posición ante un acuerdo de gobierno con Rajoy: ¿Apoyará o no apoyará a un político indecente, Sánchez dixit?

Piensen, piensen, pero no finjan el escándalo de los fariseos.