Sobreactuación innecesaria

Madrid

Tres cosas de las últimas horas de campaña. El partido Popular, tan lento en ocasiones para tomar decisiones en cuestiones que afectan al partido, tan remiso a prescindir de los corruptos, con despidos en diferido que no lo son y cosas por el estilo, se ha puesto las pilas en plena campaña electoral y ha apartado, precisamente, de la campaña, a su candidato número dos por Segovia, Pedro Gómez de la Serna, a quien se ha abierto un expediente, junto con el embajador en India, Gustavo de Arístegui por el cobro de comisiones. Lo que para Mariano Rajoy era un actividad normal antes de ayer hoy es suficientemente grave como para que su candidato por Segovia deje de hacer campaña, pero en cambio no es tan grave como para echarle del partido ni para cesar al embajador.

Grave, pero solo un poquito, y porque es campaña porque si no seguramente que ni expediente, ni nada. Es la sobreactuación en periodo electoral, pero sobreactuación controlada porque a día de hoy Pedro Gómez de la Serna sigue siendo el número dos de la lista del PP por Segovia y Arístegui sigue siendo embajador en India, y no embajador de Rajoy, es embajador de España, con lo que su actuación es todavía más reprochable, porque representa los intereses de todos los españoles sean o no del Partido Popular.

Segunda cuestión de campaña, la postura del Ciudadanos en la cuestión de violencia machista. Equiparar la violencia de las mujeres sobre los hombres con la de los hombres sobre las mujeres. Equiparar un tipo de violencia que es la excepción con la que es constante en nuestra sociedad, con la que es un problema estructural en nuestra sociedad. Decía hoy Albert Rivera que es muy feo utilizar la violencia machista electoralmente, o sea que la propuesta de ciudadanos no merece discusión y quien la discute está haciendo electoralismo. ¿Para qué están entonces las campañas sino para confrontar programas y saber lo que piensa hacer cada uno si gobierna? El problema lo tiene Albert Rivera cuando se le saca del discurso elaborado para contentar a todo el mundo, cuando se entra en el detalle, porque es ahí donde se descubre la verdadera ideología del líder de ciudadanos.

Y tercera cuestión de campaña, volviendo a Mariano Rajoy, ha querido ser él quien diera los detalles del ataque talibán esta tarde cerca de la embajada española en Kabul, una nueva aparición en campaña, para que veamos que está encima de todo. El problema es que se ha apresurado y equivocado. En su primera aparición ha hablado de un policía herido leve, luego, en un mitin, ha tenido que rectificar, el policía estaba muerto. Otra sobreactuación innecesaria.