El hombre que devolvió la sonrisa a Roger Federer
Stefan Edberg deja de trabajar junto a Federer tras dos años intensos en los que revolucionó el tenis del suizo
Edberg y Federer charlan durante un entrenamiento en Wimbledon / GETTY
Stefan Edberg nunca pone una mala cara, nunca dice una frase polémica y tampoco salta ni gesticula cuando está en la grada. Ni siquiera ha sido protagonista para comunicar su adiós a Roger Federer. Sin embargo sus dos años con el suizo serán recordados como una oda a la innovación y al tenis imaginativo.
Cuando Stefan agarró la carrera de Federer, el suizo se encontraba desmotivado y carente de ilusiones en el tenis, entregado irremediablemente a la hegemonía de Djokovic y Nadal. Por eso precisamente contrató a Edberg, porque su ídolo de infancia era él único capaz de sacarlo de esa espiral.
"En principio el acuerdo era por un año", reza Federer en la carta publicada en Facebook, dando las gracias a Stefan por alargar la relación en un segundo año. Dos años en los que el sueco ha sido capaz de potenciar todas las virtudes de Roger, convirtiéndolo en un jugador más agresivo, sólido y sobre todo, imprevisible.
Edberg prepara las bolas para que Federer saque en un entrenamiento / GETTY
Edberg prepara las bolas para que Federer saque en un entrenamiento / GETTY
Edberg invitó a Federer a subir a la red con mayor asiduidad, le hizo ver que era mejor un revés a medio gas que uno en la red y también le enseñó a sorprender al rival independientemente de cómo venía la jugada. Así nació el resto-red. Dos años en los que Federer ha sido el único opositor real al dominio de Djokovic. Un mérito incuestionable para un jugador que camina hacia los 35 años.
En cifras, la tutoría de Edberg es irrebatible. El jugador de Basilea ha jugado 22 finales en los 35 torneos jugados en dos años. Si bien Roger ha jugado tres finales de Grand Slam, cayendo en todas frente a Djokovic, también ha sido capaz de cerrar el palmarés ganando la Copa Davis, que era el último gran torneo que le faltaba.
"Siempre formarás parte de mi equipo" termina diciendo Federer de su ídolo de infancia. Stefan se vuelve a su casa con su familia tras dos años de ajetreo y viajes, pero a buen seguro que ha dejado a Roger con la hoja de ruta escrita para afrontar el adiós con la misma brillantez que siempre.
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