La grieta emigrante

Madrid

Dicen que la economía mejora y hay datos objetivos que lo demuestran, pero también hay datos que demuestran que la fotografía de este país es muy diferente a la de hace unos años. Hoy hemos sabido que en el primer semestre del año se batió el récord de españoles que salieron del país, que pusieron rumbo al extranjero buscando oportunidades y una nueva vida, cerca de 51 mil españoles se fueron, hicieron las maletas y emigraron.

Quizás algunos lo hicieron por la experiencia, pero quizás muchos lo hicieron obligados por la falta de oportunidades en su propio país. Y es que desde que empezó la crisis el número de españoles que se va mantiene una tendencia ascendente imparable. Muchos, la mayoría, jóvenes. Muchos, la mayoría bien preparados, con estudios superiores, con masters, con idiomas. Aquí se han cansado de enviar currículums y de llamar a puertas, quieren probar fuera.

Y así vamos perdiendo talento, talento formado en muchos casos en escuelas y universidades públicas y de cuya formación disfrutarán fuera de nuestras fronteras.

Así que el mensaje de recuperación, el júbilo del gobierno por las últimas cifras del paro tiene sus grietas en forma de una precariedad laboral y unos datos de paro entre los jóvenes. Una precariedad que les obliga a marcharse aunque no quieran. Ellos también están en esa cuneta en la que Mariano Rajoy no ve a nadie después de la crisis, junto a los parados, a los trabajadores pobres, a los precarios, a las víctimas de un desahucio. En esa cuneta también están muchos de los que se han ido y que, además, por cierto, muchos de ellos ni siquiera podrán votar para que las cosas cambien por las dificultades que hay con el voto desde el extranjero.