El desdén del perdedor

Madrid

Mariano Rajoy, que ayer no quiso estar en el debate de candidatos que organizó EL PAÍS, se ha sentado hoy a jugar una partida de dominó con unos jubilados, y se le veía contento. Este miércoles va a cenar en casa de Bertín Osborne, y por las promos que se han emitido, se le ve contento. Y entre partida de dominó y cena aprovecha para despreciar a sus contrincantes, de los que dice que ni siquiera tienen experiencia de concejales.

Mariano Rajoy habla con desdén de tres políticos que ayer dieron un paso al frente, casi definitivo, para dejar atrás la vieja política, las viejas costumbres, la prepotencia. Se conjuraron cada uno desde su atril para cambiar las cosas, aunque la receta de cada uno sea distinta. Para empezar aceptaron la propuesta y cambiaron las reglas de los anquilosados debates a los que estábamos acostumbrados, se llamaron por su nombre, se tutearon y se vistieron como cada uno pensó que debía vestirse. A su lado un atril vacío evidenciando el miedo de Rajoy ante este escenario. Ayer, de golpe a Rajoy, le cayeron unos cuantos años encima, y no es una cuestión de edad es cuestión de una mentalidad y de una forma de ser que en Rajoy es impensable.

La acertada imagen de un atril vacío es la vergonzosa imagen de una anomalía democrática. Hoy desde su partido argumentan que los organizadores no quisieron a nadie del PP que no fuera Rajoy. ¡Pues claro, faltaría más!, el de ayer era un debate entre candidatos y Rajoy lo es, aunque él solo ejerza allí donde se siente cómodo, comentando partidos de fútbol, jugando al dominó o en cualquier otro lugar alejado de la confrontación de ideas y de la agilidad intelectual. Su ausencia ayer sería imperdonable en cualquier otro país con tradición democrática, y aquí debería serlo también. Los ciudadanos, que, desde hace un tiempo, presumen, y con razón, de ser más exigentes y vigilantes, deberían pensar si quieren votar a alguien que desprecia las reglas democráticas y se esconde de los debates electorales a cuatro. Rajoy ayer no estaba en su atril, pero es quien más perdió en el debate.