La increíble ausencia de Rajoy y Sánchez del Pacto antiyihadista

Madrid

Mejor hacer publicidad que política, han debido pensar nuestros insignes candidatos al 20-D. Debe ser cosa de los modernos asesores de comunicación, gentes pintureras hechas en cómo vender Avecrem, que han sustituido en los equipos de los candidatos a los analistas, aquellos expertos que sabían –y mucho- de su especialidad.

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¿Para qué empaparse de cosas terriblemente aburridas, que si la independencia de Cataluña, que si el paro, que si la ruina de la Seguridad Social...? Cuánto mejor dedicarse a los experimentos del Cheminova, a jugar al ping-pong o incluso a charlar de fútbol en la emisora de los obispos, esos amigos del alma -y nunca mejor dicho- de nuestra derecha extrema, que por el mismo precio incluye collejas al nene maleducado, que ya me contarán ustedes qué pintaba el menor en un acto electoralista –llámenlo como les dé la gana- de su papá.

Con todo, lo más increíble ha sido la ausencia de Rajoy y de Sánchez en la ampliación a otros partidos del pacto antiyihadista. Andan como locos uno y otro vendiendo su afán antiterrorista pelo en pecho, más bizarros que nadie, pero ese desprecio es la más patente demostración de que ese pacto apenas es algo más que un escenario de pura propaganda, un teatrillo de parque de atracciones para tomarnos el pelo a los ciudadanos.

Vamos, para presumir de hacer algo cuando nada hacen.