Buscando respuestas

Madrid

Después de los atentados del viernes en París, Francia busca la respuesta, y no parece fácil encontrar la mesura en esta respuesta. Empezó por bombardear posiciones presuntamente de ISIS en Siria, para este ataque se ha buscado de aliado a Rusia, el país que ha tardado tres semanas en reconocer que el accidente del avión ruso en el Sinaí fue provocado por una bomba, vaya que fue un atentado, y que ya estaba actuando en Siria de manera unilateral.

Pide Francia también que se active la cláusula de defensa colectiva europea para dar apoyo y asistencia a Francia, y pide también, su presidente, modificaciones en la Constitución que, entre otras cosas, le permita ampliar el estado de emergencia y seguir, entre otras cosas, haciendo registros, sin necesidad de autorización judicial. Toda la maquinaria política judicial y militar para acabar con ISIS. Una actividad frenética desplegada por Francia y secundada por la comunidad internacional, que contrasta con la pasividad y la falta de estrategia común cuando los muertos por el terrorismo de ISIS estaban muy lejos de sus fronteras.

Nadie pone en duda que es necesaria esta estrategia como lo venía siendo desde hace meses, incluso años, pero hay que ir con cuidado al señalar a los objetivos, con los daños colaterales y con el respeto a los derechos de los ciudadanos, los de nuestros países occidentales, y los de los países donde los terroristas tienen sus nidos. Primero es importante el diagnóstico, ¿estamos en guerra o no? Y a partir del diagnóstico calibrar la respuesta.

Y nos queda un tipo de respuesta: la emocional, de la que están dando una lección los parisinos. Vencer el medio reivindicando la libertad y los derechos. Vivir atemorizados permite a los gobiernos excederse en la vigilancia.