La historia de un fracaso

Madrid

Hoy ha pasado lo que sabíamos que pasaría, ha pasado lo que estaba previsto, ha pasado lo que la política ha sido incapaz de evitar, ha pasado que en el Parlament de Catalunya se ha escenificado la historia de un fracaso.

Se ha escenificado en los escaños, dos bandos bien diferenciados, y se ha escenificado en la votación de la declaración que inicia el proceso hacia la creación de la República Independiente de Catalunya. La fotografía del marcador luminoso del Parlament era la fotografía perfecta del fracaso. Un Parlament dividido en dos, que representa a una sociedad dividida en dos, una fractura provocada por unos dirigentes políticos que no han querido hacer nada para evitarlo.

Uno Artur Mas, emprendiendo una alocada carrera en la que no le ha importado utilizar como liebre, a las entidades cívicas que eran independentistas mucho antes que él y a una fuerza política que no tiene nada que ver con la que él encabeza, es más en otras circunstancias serían completamente antagónicas. Otro Mariano Rajoy, que año tras año observaba cómo el movimiento independentista iba creciendo, desde aquella primera algarabía, como califico el primer 11 de septiembre multitudinario. Lo observaba desde Moncloa sin hacer nada, pensando que los independentistas se cansarían y que no valía la pena hacer nada por si le daba un sofoco al ala más conservadora de su partido.

Y así hemos llegado al día de hoy, al día del fracaso. Rajoy recurre al Constitucional y Mas dice en su discurso de investidura que esto no es una declaración de independencia, que hay margen para la negociación. Pues yo, les confieso, que necesito que me explique bien clarito de qué margen está hablando. Porque la declaración de hoy es una ruptura en toda regla, con desobediencia a leyes y tribunales incluida.

Y como guinda, Artur Mas termina esta tarde su discurso de investidura condicionando el éxito del proceso de independencia a su investidura. Sin investidura ha dicho, el proceso podría encallarse. Mensaje a la CUP. Que alguien le diga a Mas que puede haber investidura sin él. El presidente en funciones agarrado a la independencia como tabla de salvación.

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Rajoy y Mas se enrocaron en sus posturas cuando podía haber una salida. Si entonces no quisieron moverse, ¿cómo van a moverse ahora? Y así, ¿dónde nos lleva esto? Yo soy incapaz de ver ninguna rendija por la que se pueda colar la cordura.