Hay que salvar a Merkel
Lo único que puede salvar a la moderada canciller es que la izquierda se haga fuerte en los países del sur de Europa y que, por el juego de equilibrios que rige la Unión Europea, Alemania se vea obligada a situarse en el centro
Madrid
Hay que salvar a Angela Merkel. Hasta Philip Stephens del Financial Times defiende la tesis de que la canciller “ha sido la roca de la certidumbre en las sucesivas crisis y sin ella las fracturas se multiplicarían” en la Unión Europea. En Alemania, la llamada crisis de los refugiados está tensando sobremanera la gran coalición. El bávaro Horst Seehofer se atreve a amenazar con sacar a los ministros socialcristianos del gobierno si no se endurecen las condiciones de acogida y el Bild apunta al ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, como relevo de Merkel.
Alemania, como país de la Europa central y del este, no escapa al enroque conservador que ha triunfado en Polonia y que tiene como ideólogo al húngaro Orbán, aplaudido en Madrid por sus colegas del PPE. Incluso el francés Sarkozy sigue su senda hacia la derecha extrema y acude a Moscú a entrevistarse con Putin, bestia negra de Merkel y financiero de Le Pen.
Así las cosas, lo único que puede salvar a la moderada canciller es que la izquierda se haga fuerte en los países del sur de Europa y que, por el juego de equilibrios que rige la Unión Europea, Alemania se vea obligada a situarse en el centro.