Castigos duros y ejemplares
No parece justo que un exabrupto, una frase malsonante, castigue a un club y a toda una afición. Las faltas deberían ser castigos económicos a los futbolistas
Madrid
Me comentaba anoche el presidente del Celta en Vigo su preocupación por las sanciones que pueda decidir ahora el comité de competición por las tarjetas y la expulsión de Cabral el sábado en el partido con el Madrid. Preocupación que tienen también en Barcelona con la expulsión de Mascherano, que si el comité se pone duro, podría impedirle jugar en el Bernabéu.
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No parece justo que un exabrupto, una frase malsonante, castigue a un club y a toda una afición, y que el futbolista infractor tenga dos, tres o cuatro domingos libres. Ni los aficionados ni los clubes deben asumir ese castigo. Las faltas por exceso de locuacidad, de respeto, desconsideración con el árbitro, los contrarios... deberían ser castigos económicos a los futbolistas. Castigos duros y ejemplares que les hagan ser mucho más comedidos y respetuosos en sus protestas. Estoy convencido de que incluso llegarían así a extinguirse. Los clubs, están todos de acuerdo en cambiar esas normas y esas leyes. El problema es que los clubs organizan, arriesgan, trabajan, montan un espectáculo llamado fútbol , pero no mandan en él. Deberían planteárselo con seriedad, valentía y atrevimiento, porque es el momento.