El juego del gira-gira
El director de la Cadena SER analiza la figura de Josep Antoni Rosell, uno de los implicados en el caso 3 por ciento
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Resulta muy interesante el caso de Josep Antoni Rosell, alto cargo de Artur Mas como director de infraestructuras, el organismo que maneja los grandes presupuestos para adjudicar obras. El caso de Rossel es muy especial porque lo suyo es la puerta giratoria de doble vuelta, o el gira-gira perfeccionado.
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Rosell, que es un histórico de Convergència, es el alto cargo que la semana pasada antes de ser detenido entregó a un amigo una caja fuerte y una carpeta de papeles para que se los guardara.
Interesante Rosell. En 2002 adjudicó por más de 1.000 millones y un sobrecoste de hasta el 80% la obra del canal Segarra-Garrigues. Al poco tiempo dejó la administración y se fue a trabajar a la empresa adjudicataria. Hasta ahí podría llegar el escándalo. Ya era suficiente. Pero es que en 2011 regresa al gobierno, al departamento de infraestructuras, sin que conste que ese gira-gira ocasionara gran escándalo en Cataluña, debates parlamentarios o atención preferente en los medios.
El fiscal lo acusa ahora de beneficiar con adjudicaciones a las empresas donantes de dinero a las fundaciones de Convergència. Con los juegos olímpicos a la vista hay dos deportes en los que tendríamos serias opciones de medalla: detención de tesoreros de partidos políticos y maratón de puertas giratorias.